- Abel Martínez les pasó él rolo a todos, sacó más votos que los demás aspirantes juntos y esa contundencia envía un mensaje de lo sólido que está su proyecto presidencial en el PLD.
Abel es un nombre bíblico, que se supone es el bueno de la película, pues su hermano Caín, rabioso por la envidia, decidió matarlo, en lo que se convirtió, según el Génesis, en el primer asesinato y fratricidio de la historia.
Por estos lares tenemos un Abel, de apellido Martínez y alcalde de Santiago, que acaba de convertirse en el aspirante presidencial del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) y que, por lo peligroso que es el camino político, debe cuidarse de unos cuantos caínes dentro de su entorno, si quiere ser exitoso en su candidatura. Abel Martínez les pasó el rolo a todos. Sacó más votos que los demás aspirantes juntos y esa contundencia envía un mensaje de lo sólido que está su proyecto presidencial en el PLD. Ahora, el político cibaeño tendrá que emprender una compleja ruta si es que quiere acabar en el Palacio Nacional.
Primero están sus rivales políticos, que no son hueso fácil de roer. Está el presidente Luis Abinader, que aspirará a ser reelecto, con muy buenas posibilidades de conseguirlo, si es que la economía global no lo desarma. Y a él se suma el expresidente Leonel Fernández, muy ducho en el manejo político y quien poco a poco ha ido ganando terreno con su propuesta en la Fuerza del Pueblo. Martínez tiene, por lo tanto, dos pesos completos como sus rivales y derrotarlos no le será sencillo.
Entonces, como segundo punto, está el PLD y los intereses de un sector de su dirigencia. Abel tendrá que alejarse con urgencia de Danilo Medina y su círculo, una tarea que le costará mucho esfuerzo y que podría acabar por ser su mayor enemigo a la hora de la verdad.
Y en tercer lugar está el propio Abel y sus circunstancias. Su discurso conservador gusta entre un sector de la población, pero podría acabar alejando a otros, y en la política se trata de sumar, no de restar, por lo que su mensaje va a tener que ajustarse a la realidad de lo que implica una campaña para el dominicano global.
Lo que sí está claro es que la ruta de Abel será compleja, con unos cuantos caínes buscando matarlo, no físicamente, pero sí políticamente, y él debe defenderse bien.