
Por: Pedro N. Guzmán
Los jóvenes de hoy poseen el ADN ideal para el emprendimiento ya que en su código genético existe nulo temor a los desafíos, a los cambios, poseen habilidades para adaptarse, incorporan una extraordinaria capacidad de reinvención y adaptación y en especial detentan un manejo natural de las tecnologías para vincularlas a sus modelos de negocios.
Entendido esto, debemos clamar y procurar que sean, cada vez más, las cooperativas el lugar donde nuestra juventud innovadora encuentre no solo capital semilla para sus proyectos económicos sino también capacitación, asesoría, y acompañamiento para lograr convertir sus buenas y geniales ideas en experiencias MIPYMES exitosas. Lo que aquí exponemos supone una total reorientación de la concepción que hasta ahora se tiene del crédito; no basta con tener una política de crédito general a través de la cual cualquier asociado pueda acceder a un crédito y este utilizarlo para fines productivos, es decir, inyectarlo a un negocio.
Hace falta de políticas institucionales que recojan la intención de las cooperativas de acoger y fomentar el mercado que representan los emprendedores de todo el país; estas políticas no solo se refieren a una política de crédito, claro que no, es mucho más que eso, nos referimos a normas y programas de acción desarrollados en las cooperativas, indicadores, proyectos educativos, gestión por parte de las cooperativas, etc. Orientados a fomentar el desarrollo de las MIPYMES, con esto las cooperativas estarían contribuyendo significativamente al desarrollo nacional.
Según datos estadísticos de Centroamérica las MIPYMES generan alrededor del 26 % del Producto Interno Bruto (PIB) de la región y emplean cerca del 44 % de la población económicamente activa; en República Dominicana hoy en día las PYME, aportan el 27% al Producto Interno Bruto y generan el 57% de los empleos. Más del 77% de las MIPYME están concentradas en la zona urbana y menos de 23% se localiza en la zona rural. La mayoría pertenece al sector comercio (46,6%) y servicios (31,6%); de acuerdo con estas cifras desarrollar programas de incubadoras y financiamiento de emprendimientos constituye para las cooperativas un instrumento social para mejorar las condiciones de vida de las personas de las clases más carenciadas; en este sentido es un deber de las empresas cooperativas impulsar y financiar todos estos negocios emergentes.
El economista Ángel Pes y el filósofo NorbertBilbeny afirman en Emprender con responsabilidad que los jóvenes no son el futuro sino el presente. “El futuro pertenece a las sociedades que faciliten el despliegue de la capacidad emprendedora de los ciudadanos —aquellas que defienden y fomentan la libertad— porque alumbrarán las nuevas empresas que convertirán los problemas actuales en oportunidades para mejorar la calidad del sistema productivo”.
Dado que: las pequeñas y medianas empresas constituyen un elemento importante en el esquema productivo nacional, jugando un papel relevante en el desarrollo económico del país, por su aporte al producto interno bruto, a la generación de empleos y que por su marcada característica, las convierte en un factor de estabilidad política y social.
¡Fomentemos decididamente el emprendimiento y la creación de Micro, Pequeñas y Medianas empresas desde las cooperativas!