Por: Jaime Peralta, C.P. A.

Según el diccionario panhispánico del español jurídico, la regulación es una función pública encomendada a órganos de la administración directa o a comisiones o agencias independientes, que comprende la aprobación de normas relativas a mercados o sectores económicos concretos, la supervisión y vigilancia de su cumplimiento por las empresas que operan en dichos mercados, especialmente para asegurar la libre competencia y la adopción, en su caso, de las medidas correctoras que procedan, incluida la imposición de sanciones.
En relación con el cooperativismo nacional, materia que nos ocupa como grupo audaz, existen regulaciones generales que han cumplido cierto rol hasta la fecha; no obstante, debemos entender que lo que se regula es la actividad y no la composición social societaria.
Por ejemplo, si somos socios de la “Cooperativa Agrícola de la Explotación de la Macadamia”, e importamos desde Brasil 1000 árboles para mejorar la producción. El regulador de la actividad agrícola en el país, en este caso el Ministerio de Agricultura, hace su papel y pone esos árboles en cuarentena con base en sus protocolos establecidos.
Las Cooperativas de Ahorro y Crédito realizan intermediación financiera; no es un asunto interpretativo, es real. Así lo contempla la ley 183-02 en su artículo 34, aunque en el artículo 76 la Junta Monetaria se “quita” del tema del cooperativismo por las presiones grupales del 2002.
Una regulación a la actividad de intermediación financiera garantizaría transparencia y buena gestión cooperativa. Recuerden que una cooperativa tiene dos dimensiones: la dimensión social, societaria y la dimensión empresarial.
El modelo cooperativo es idóneo por sus aspectos filosóficos, así como también por la separación de los aspectos de administración y de control; no obstante, la responsabilidad que asumen los socios cuando asumen roles directivos no está del todo entendida, sus niveles de idoneidad tienen carencias, por lo que la educación y formación tiene un gran trabajo por completar. En cuanto a la gerencia, sí, la mayoría de los gerentes son gestores banqueros exitosos que saben captar recursos, colocarlos en carteras y realizar las debidas gestiones de cobranzas.
El IDECOOP se guía de los estados financieros auditados, ya que su equipo técnico es muy limitado; y con eso no es suficiente para regular y/o supervisar a casi dos mil cooperativas de diversas índoles.
El ruido actual que se escucha sobre el cooperativismo, con casos en la justicia y reasignación, nos da la oportunidad de decirle a la sociedad que el cooperativismo es el modelo idóneo para el desarrollo social; sin embargo, debemos perderle el miedo a la regulación por actividad.
Es mi simple opinión.
Saludos.