En un vecindario colorido y alegre vivían dos amiguitas muy especiales: Tereza, de 7 años, y Yohanny, de 5 años. Juntas, descubrieron un mundo mágico que no era otro que aprender a cuidar la economía de su hogar.
Un día, mientras jugaban en el jardín, escucharon a sus papás hablar sobre la importancia de cuidar los recursos y ahorrar para alcanzar metas importantes. Intrigadas, se acercaron y preguntaron qué era eso del ahorro y cómo podían ayudar.
Fue entonces cuando sus padres les explicaron que el ahorro era como un tesoro que se guardaba para tener cosas especiales en el futuro. Les enseñaron que no solo se trata de guardar monedas en una alcancía, sino también de cuidar lo que tienen.
Tereza y Yohanny se comprometieron a convertirse en unas superheroínas del ahorro en casa. Decidieron comenzar por cuidar el agua, un recurso valioso. Aprendieron a cerrar bien la llave mientras se lavaban los dientes o mientras enjabonaban los platos. ¡Cada gota era importante!
Después, descubrieron que apagar las luces al salir de una habitación era una forma sencilla pero poderosa de ahorrar electricidad. Y así, con pequeñas acciones, lograban grandes cambios.
Jugando a las adivinanzas, idearon trucos para usar menos jabón y crema dental. Descubrieron que no necesitaban tanta cantidad para estar limpias y sanas. También aprendieron a cuidar sus ropitas, doblando bien la ropa limpia para que no se arrugara y durara más tiempo como nueva.
Con el paso del tiempo, vieron cómo los pequeños cambios que hacían sumaban grandes resultados. Sus padres estaban felices y sorprendidos por el compromiso y la responsabilidad que demostraban Tereza y Yohanny.
Un día, los papás les dijeron que gracias a su ayuda, habían logrado ahorrar lo suficiente para realizar un viaje en familia que tanto habían deseado. Las dos niñas saltaron de alegría al saber que su esfuerzo había dado frutos.
Desde ese momento, Tereza y Yohanny se convirtieron en expertas en economía doméstica. Compartieron sus conocimientos con sus amiguitos del vecindario, enseñándoles que todos podemos ser héroes del ahorro en nuestras casas.
Así, con pequeños gestos, Tereza y Yohanny demostraron que cuidar los recursos del hogar no solo era importante para ayudar a sus padres, ¡sino que también era divertido y podían lograr grandes aventuras!