por: Víctor Ventura, Presidente C.A. COOPEMIC
“Creatividad es pensar en nuevas ideas. Innovación es hacer cosas nuevas”. – Theodore Levitt.
En la carrera por ser competitivas, las empresas cooperativas no pueden limitarse a ser eficientes en la utilización de recursos. Para lograr una competitividad sostenible a largo plazo, es esencial crear nuevos mercados, buscar socios adicionales y explorar fuentes de ingresos alternativas. En otras palabras, las cooperativas deben ser innovadoras.
El enfoque de innovación que abordaré en este artículo se inspira en el libro «Innovación: El arte de inventar el futuro» de Luigi Valdés. Este autor presenta un manual indispensable para las empresas que desean mantenerse competitivas a través de la innovación.
La innovación tiene diversas fuentes, niveles y tipos. Sin embargo, las cooperativas innovadoras comparten varios elementos comunes: una mentalidad innovadora y un proceso de innovación que garantiza que esta sea una práctica regular, cotidiana y sistemática.
Es responsabilidad del gerente administrador de una cooperativa asegurar que la organización sea competitiva. Tradicionalmente, los gerentes buscan la competitividad mediante la eficiencia operativa: reducir costos, despedir empleados, exigir mejores servicios, entre otras acciones que suelen ofrecer resultados a corto plazo, pero que pueden ser insostenibles.
Por otro lado, el gerente emprendedor aborda la competitividad mediante la innovación. Este tipo de gerente inventa y reinventa productos y servicios, identifica criterios de servicio no reconocidos, busca nuevos canales para servir a los socios y descubre nuevos nichos de mercado.
El camino de la eficiencia operativa es limitado y a menudo doloroso para los socios de la cooperativa. El camino de la innovación, aunque desafiante e incierto, tiene posibilidades ilimitadas y ofrece grandes recompensas.
El Proceso de Innovación en las Cooperativas
El objetivo de la innovación es diferenciar a una cooperativa y mejorar favorablemente la percepción que los socios tienen de ella. Innovar no significa incorporar pequeñas modificaciones que los socios no perciben y que buscan perpetuar los éxitos del pasado. En cambio, debe producirse una evolución que permita que los nuevos productos y servicios compitan con los antiguos, volviéndolos obsoletos. En lugar de realizar cambios menores, se necesita una evolución significativa.
Las innovaciones pueden presentarse de forma aislada, pero lo que realmente distingue a una cooperativa innovadora es que la innovación forme parte de su rutina diaria.
Para lograr que la innovación sea parte del trabajo cotidiano, es importante formular preguntas disruptivas, tales como:
– ¿Qué pasaría si…? (lo hacemos más grande, más pequeño, etc.)
– ¿Por qué no hacemos…? (Un verdadero innovador no acepta un no como respuesta.)
– ¿Qué podríamos hacer para cambiar?
Estas preguntas impulsan a la cooperativa a pensar de manera creativa y a implementar cambios significativos que conducen a la verdadera innovación.
El Líder y los Modelos Mentales
Los modelos mentales son los supuestos y creencias que explican cómo funciona, o debería funcionar, el mundo. Representan el estilo de pensar de cada socio, definen cómo interpretan lo que les rodea y justifican sus acciones y decisiones. Estos modelos pueden variar desde simples ideas inculcadas desde la infancia hasta complejas teorías utilizadas para explicar situaciones.
Aunque los modelos mentales son generalmente útiles para entender nuestro entorno, pueden ser perjudiciales y limitantes cuando se usan de manera rígida para tratar de explicarlo todo. Algunos modelos están tan profundamente arraigados que pueden sofocar nuevas ideas, por valiosas que sean, funcionando como filtros que nos llevan a rechazar nuevas oportunidades.
Una de las tareas cruciales de un líder en una cooperativa es fomentar una cultura de innovación. Para ello, debe revisar continuamente sus propios modelos mentales y los de sus colaboradores. Si el líder no está abierto al cambio y no cuestiona su manera de interpretar el mundo, las buenas ideas serán rápidamente sofocadas.
El sistema de creencias de un grupo directivo en una cooperativa puede ser el principal obstáculo para el cambio y la implementación de ideas innovadoras. Para crear una cooperativa abierta a la innovación, es importante considerar que:
1- Los modelos mentales son modificables. Cuestiona y mejora continuamente tus paradigmas.
2- Cada persona tiene sus propios modelos que influyen en su forma de actuar y decidir.
3- Usar un único modelo limita la perspectiva. Los modelos múltiples proporcionan diversas perspectivas y mejoran la capacidad de adaptación ante circunstancias cambiantes.
4- Los grupos humanos generan dinámicas y conocimientos que van más allá de lo que logran los individuos por sí solos. El objetivo de los equipos no es la congruencia, sino la diversidad de pensamientos, que puede generar una amplia gama de posibilidades y soluciones.
5- El verdadero valor de un líder está en su capacidad para mejorar los modelos mentales de sus colaboradores.
Fomentar una mentalidad abierta y flexible es esencial para que una cooperativa pueda innovar y adaptarse a los cambios del entorno.
Tres Características de los Equipos Directivos Innovadores
Los equipos directivos innovadores poseen tres características fundamentales:
1. Intuición: Es la capacidad de tomar decisiones correctas con información limitada. Los innovadores confían en su instinto para navegar en situaciones inciertas y anticipar las oportunidades y desafíos.
2. Coraje: Es la fuerza interior que permite seguir adelante cuando la mayoría rechaza sus ideas. Las innovaciones importantes a menudo amenazan el status quo de ciertos grupos, lo que genera resistencia. El coraje es esencial para enfrentar y superar estas oposiciones.
3. Compromiso con el Tiempo: Muchas ideas e innovaciones requieren tiempo para madurar y convertirse en realidad. Aunque en el pasado podían ser necesarias décadas para que una innovación se aplicara, hoy en día el tiempo de espera se ha reducido significativamente. Sin embargo, sigue siendo crucial tener la paciencia y la visión a largo plazo para permitir que las ideas se desarrollen plenamente.
Estas características son esenciales para que los equipos directivos puedan liderar con éxito y fomentar un entorno cooperativo donde la innovación florezca.
Fuentes de Innovación
Para que la innovación sea un proceso continuo y sistemático en una empresa cooperativa, debe estar orientada por las necesidades de los socios. Específicamente, la innovación debe enfocarse en:
1. Necesidades percibidas de los socios:
Estas son las necesidades que los socios saben que tienen, están conscientes o semiconscientes de ellas y son capaces de expresarlas de diversas formas y canales. Para detectar estas necesidades, existen numerosas herramientas cualitativas, como focus groups y entrevistas, así como herramientas cuantitativas, como encuestas.
2. Necesidades no percibidas de los socios:
Estas necesidades son más interesantes y reveladoras. Son necesidades que los socios tienen, pero no están conscientes de ellas. Por su naturaleza, las necesidades no percibidas no se reflejarán en estudios cualitativos o cuantitativos tradicionales. La fuente más confiable para identificar estas necesidades es el estudio y análisis de los estilos de vida de los socios.
3. Necesidades futuras de los socios:
Estas se refieren a productos y servicios que los socios necesitarán en el futuro, pero que en el presente no pueden imaginar. La cooperativa tampoco lo sabe con certeza, ya que dependen de avances tecnológicos y factores como el precio y la disponibilidad. Para mantenerse a la vanguardia de la innovación, es necesario que las cooperativas monitoreen constantemente los lugares y publicaciones donde se presenten avances tecnológicos que puedan afectarlas directa o indirectamente. Estos incluyen universidades, centros de investigación, congresos tecnológicos, revistas especializadas y otras industrias.
Al enfocarse en estas fuentes de necesidades, las cooperativas pueden asegurarse de que su proceso de innovación sea relevante y proactivo, adaptándose continuamente a las demandas cambiantes de sus socios. En resumen, las cooperativas deben adoptar la innovación como el secreto de su éxito, incorporándola a su rutina diaria. Para lograrlo, es crucial adquirir una mentalidad innovadora y ponerla en práctica a través de procesos que impulsen la evolución constante. Utilizar modelos mentales que fomenten una cultura de innovación es fundamental. Los equipos directivos deben inculcar estos principios en los socios y buscar fuentes de innovación de manera continua y sistemática para garantizar el buen funcionamiento de una cooperativa innovadora.