En días recientes, una comisión del Fondo Monetario Internacional (FMI) realizó un analisis a la economía dominicana, fruto del cual, emitió varias observaciones o recomendaciones, entre éstas, habló de la necesidad de implementar un marco regulatorio para las cooperativas de ahorro y crédito que fortalezca algunos puntos que señalamos en párrafos siguientes.
Ante estas recomendaciones, a más de uno le debe surgir la interrogante ¿Qué tiene que ver el FMI con las cooperativas de la República Dominicana?
Quienes administran empresas cooperativas deben comprender que ninguna cooperativa existe en el vacio, ninguna se encuentra aislada; por el contrario, todas responden y se ven afectadas por los factores externos, del entorno, del mercado, de la economía local, nacional e internacional.
Una cooperativa, por pequeña que pueda ser, es parte de sistemas mayores, como el sector natural al que pertenece, como parte del sector financiero y de la sociedad en su conjunto.
El FMI ha expresado preocupación por algunas debilidades que según este organismo multilateral, podrían presentar algunas cooperativas como son:
■Riesgo de estabilidad Financiera.
■Protección a los consumidores.
■Prevención del Lavado de Activos y Financiacion del Terrorismo.
■Incumplimiento de estándares financieros internacionales.
■Y una débil supervisión.
En términos de la Gobernanza, la propuesta de regulación deberá establecer la estructura mínima de gobierno de la cooperativa, incluyendo la idoneidad de los miembros de la junta directiva y la alta dirección. También se debe prestar atención a la gestión de conflictos de interés y la adopción de buenas prácticas de gobierno corporativo, plantea la columna » La Banca Dominicana Por Dentro», al abordar este tema.
Debido al auge y proliferación de las cooperativas, las cuales, día a día incrementan su importancia y participación en la economía nacional, ameritan de una mayor regulación y de una supervisión más robusta, pero la pregunta que se debe formular es la siguiente: ¿Quién debe regular y fiscalizar a las cooperativas?
Obviamente no debe ser la Superintendencia de Bancos, esto se debe fundamentalmente a que, está última, proviene de una naturaleza e intereses distintos a los de las cooperativas, inclusive las de ahorro y crédito.
Las cooperativas deben apurarse en la elaboración y sometimiento de un marco regulatorio que brinde seguridad juridica, que preserve su naturaleza y autonomía, que garantice el fomento y expansión del modelo, ajustado a las normas financieras internacionales y a las mejores practicas administrativas.
Creemos que es tiempo de dejar de lado, egos e intereses particulares y sentarse en una misma mesa redonda donde se pueda buscar un consenso absoluto que garantice la busqueda interminable de las cooperativas por el bien común.
Como dice la saboduria popular: «a quien no da, le dan». Si se sigue mostrando incapacidad, para consensuar un Código Cooperativo, estamos convencidos de que la regulación llegará , pero por sectores externos o ajenos al movimiento y en el peor de los casos por sectores contrarios.