El próximo 1 de septiembre de 2024, se conmemora el 118 aniversario del natalicio de Joaquín Balaguer, uno de los políticos más influyentes de la República Dominicana en la segunda mitad del siglo XX. Su legado, aunque controvertido, sigue siendo objeto de estudio y debate tanto en el ámbito político como literario.
Orígenes y Trayectoria
Nacido en Navarrete, Santiago, en 1906, Joaquín Antonio Balaguer Ricardo fue hijo de Joaquín Balaguer Lespier, de origen catalán, y Carmen Celia Ricardo, oriunda de Puerto Plata. Desde temprana edad, Balaguer mostró una inclinación por la política y la literatura, dos facetas que marcarían su vida.
Su carrera política comenzó en 1930, cuando se unió al Partido Dominicano y se convirtió en uno de los colaboradores más cercanos del dictador Rafael Leónidas Trujillo. Durante los años siguientes, Balaguer desempeñó diversos cargos diplomáticos y gubernamentales, incluyendo embajador en varios países y secretario de Estado en múltiples carteras. En 1960, fue designado presidente de la República, sucediendo a Héctor Bienvenido Trujillo. Sin embargo, su poder real era limitado hasta el asesinato del dictador en 1961, cuando Balaguer se convirtió en el jefe de Estado en medio de una crisis política que lo obligó a exiliarse en 1962.
Los 12 Años de Gobierno: Luces y Sombras
Balaguer es recordado especialmente por su periodo de gobierno conocido como «los 12 años» (1966-1978), marcado por un régimen de mano dura que combinó represión política con ambiciosos programas de infraestructura. Bajo su mando, se llevaron a cabo importantes proyectos en el sector agropecuario, el incipiente turismo y las zonas francas. Sin embargo, estos logros estuvieron manchados por violaciones a los derechos humanos, incluyendo asesinatos políticos y persecución de opositores.
La represión alcanzó su punto álgido con eventos trágicos como los asesinatos de figuras prominentes como Amín Abel Hasbún y Orlando Martínez, así como la eliminación de movimientos guerrilleros y la manipulación de elecciones en 1970, 1974 y 1978, que perpetuaron su permanencia en el poder.
El Reeleccionista Consuetudinario
Una característica distintiva de Balaguer fue su insistencia en la reelección, incluso después de haber prometido en 1970 que no buscaría prolongar su mandato. Tras ser derrotado en 1978, muchos lo consideraron políticamente acabado, pero en 1986 volvió a la presidencia, esta vez con una imagen más moderada. Durante sus últimos años en el poder, Balaguer abandonó los métodos represivos que lo habían caracterizado en el pasado, pero continuó siendo un maestro en la manipulación política.
En 1994, tras ser reelegido nuevamente en medio de acusaciones de fraude, se vio obligado a aceptar el «Pacto por la Democracia», que recortó su mandato en dos años. En 1996, decidió no presentarse a la reelección y, en su lugar, apoyó a Leonel Fernández, consolidando así su influencia hasta el final de su vida.
Un Legado Complejo
El 2 de septiembre de 1997, el Senado de la República reconoció a Balaguer como «gran propulsor de la democracia, del desarrollo económico, de la estabilidad política y de la paz social en la República Dominicana.» Sin embargo, este reconocimiento ha sido objeto de debate, ya que muchos cuestionan su legado en términos de democracia y derechos humanos. Como señala el jurista Flavio Darío Espinal, Balaguer fue un gobernante astuto, con una capacidad única para mantenerse en el poder, pero su legado democrático es, cuanto menos, discutible.
El Intelectual y Escritor
Además de su carrera política, Balaguer fue un prolífico escritor, con más de 50 libros publicados, que abordan temas desde la poesía hasta la historia. En 1990, recibió el Premio Nacional de Literatura, un reconocimiento compartido ese año con Juan Bosch, su rival político. Sin embargo, su obra más controvertida es «Memorias de un cortesano en la era de Trujillo,» donde, en una famosa página en blanco, dejó sin revelar información clave sobre el asesinato del periodista Orlando Martínez, lo que generó críticas y sospechas sobre su verdadero papel en los crímenes de su gobierno.
Conclusión
Joaquín Balaguer falleció el 14 de julio de 2002, dejando un legado que aún resuena en la política dominicana. Aunque su figura es divisiva, no cabe duda de que fue uno de los líderes más influyentes del siglo XX en la República Dominicana, moldeando la historia del país de manera profunda y duradera. Su vida y obra siguen siendo un tema de reflexión y análisis, tanto por sus logros como por las sombras que los acompañaron.